El sábado 7 de julio del 2007, se ha cumplido el viejo sueño de la humanidad de conocer las 7 maravillas del mundo moderno. Cien millones de personas del mundo entero, para ser más preciso de la sociedad virtual, a través de la Internet, coronaron a las ruinas incas de Machu Picchu, como una de las 7 excelencias del mundo; sin embargo, su gente, es decir, los herederos de esta magnífica construcción, somos los más adversos a ser una maravilla.
Cientos de turistas que proveyeron su tiempo para deleitarse con las ruinas de Machu Picchu, el el paisaje andino y la vista mágica del Titicaca, esta semana como las anteriores, cancelaron su llegada a nuestra país y la región, generando una enorme perdida para la economía puneña; según cálculos de entidades gubernamentales, sólo en estos dos días, la pérdida asciende a un millón dólares.
Es que el Perú es una huelga, un paro, un encadenamiento, una movilización; no existe una manera más creativa de protestar, de decirle al gobierno elocuente de García, basta de sustantivo porque lo que necesita el Perú es verbo. Lamentable, el gobierno, hizo de violencia un mecanismo de atención. Sino recordemos, sólo cuando los pobladores del norte quemaron la camioneta policial, vino el ministro de Energía y Minas para solucionar la problemática de la cuenca Ramis.
Puno cumplió con su paro de 48 horas, tal como venimos soportando la protesta magisterial desde el pasado 20 de junio, los disconformes salieron las calles, bloquearon la transitabilidad, el comercio estuvo cerrado, la banca no trabajó, los mercados no atendieron y otra vez la economía se vio enormemente afectada y no se solucionó. Desde aquí, exigimos al gobierno central dar atención a las demandas del pueblo y no esconderse en las botas de las fuerzas armadas.
12 de julio de 2007
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