3 de agosto de 2007

¿Y la Casa del Pueblo?

Que duda cabe que Víctor Raúl Haya de la Torre fue un hombre ilustre y ejemplo para generaciones de políticos que le sucedieron, a el se debe la Constitución Política del 1979 que es enormemente superior a la del 1993; lo que es motivo de reflexión es que los apristas se ubiquen tan lejos de sus ideales del fundador del aprismo, tan lejos de su pensamiento, tan lejos de lo popular, tan lejos del discurso de Haya de la Torre.

Es cierto que los tiempos cambiaron y el mundo se mueve con tendencias neoliberales, que duda cabe de esto, hasta el Partido Comunista Chino prefiere otorgar espacio privilegiado a la multinacional Mc Donals; pero es imposible entender tanta lejanía del Partido Aprista Peruano y encima ufanarse de ser seguidores de Haya de la Torre.

A 28 años de la muerte de Víctor Raúl Haya de la Torre, recordada ayer por los apristas, su libro fundamental “El Antimperialismo y el APRA”, sólo quedó para el recuerdo; porque los apristas de hoy son perfectos hombres de derecha pese a que ellos prefieren que los identifique como social demócratas; apuestan por el TLC, pactan con Telefónica para no eliminar la Renta Básica y ahora son amigos de los seguidores del ciudadano japonés que gobernó el Perú y hoy saborea la derrota electoral en su propio país.

Es innegable que frases como “yanqui” “antiimperialista”, utilizados hoy por Hugo Chávez y Evo Morales, aún despiertan interés y otorgan esperanza a los más empobrecidos de este país, y constituyen perfectos ingredientes para la retórica de Ollanta Humala, Javier Diez Canseco y otros políticos de conocida trayectoria izquierdista, que anduvieron divididos y no hicieron nada fructífero. En fin, el mundo esta caminando con otro rumbo político, Latinoamérica con el neo socialismo y el Perú marcha al ritmo del neoliberalismo, tan lejos de Víctor Raúl Haya de la Torre.

Aun es difícil vislumbrar si el neo socialismo de Evo Morales o el neoliberalismo de Alan García disminuyera en algún porcentaje la pobreza, lo que es cierto es que las Casas del Pueblo de Haya de la Torre, ya no son centros de cultura y espacios de reflexión de la realidad nacional o local, son apenas centros de reuniones de simpatizantes desempleados, que sesionan con la clase dirigencial para defender al gobierno de Alan García de la escasa aceptación que ostenta en el altiplano, que según la encuestadora DEFONDO, apenas alcanza el 14.5% de aprobación.

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