El Centro de Investigación Empresarial de la Cámara Nacional de Comercio, Producción y Servicios (Perucámaras), recientemente ha informado que en el sur del Perú, las exportaciones han crecido en 69.3% con respecto al año anterior. En Puno, las exportaciones alcanzaron los diez millones de dólares, registrándose un aumento de 22 por ciento, una grata noticia que compartimos en este medio de comunicación; sin embargo, es necesario preguntarse, ¿porque un descontento generalizado en el sur del Perú, si existe tal crecimiento?; dicho de otra manera ¿por qué no hay plata en los bolsillos del común de la gente?.
Recordemos, en julio días antes del tradicional mensaje a la nación, el Perú vivió una ola generalizada de paralizaciones sindicales, gremiales y de la sociedad civil, que tuvo como soporte la huelga de maestros, en perjuicio esencialmente de las micro y pequeñas empresas que son más del 98.35% del sector empresarial. En Arequipa, el Frente Amplio Cívico de Arequipa (FACA), en Apurimac, el Frente de Defensa Regional Agrario (FREDA) y en Puno, el Comité Único de Lucha, le enrostraron que la política económica que plasma el gobierno central no es la más correcta, pero el presidente Alan García entendió otra cosa, que los sectores radicales, a la vez perdedores de las elecciones, querían desestabilizar su gobierno. Pero todos sabemos que la motivación del descontento es en esencia la falta de empleo, la ausencia del famoso chorreo económico que ni como gotas se ve en el sur peruano, y peor aun en nuestra región.
Un punto importante de este análisis, es que el crecimiento económico es desproporcional. Por un lado, las microempresas que son el 94.41% tienen un escaso crecimiento y la mediana y gran empresa que juntos no alcanzan al 5%, si tienen crecimiento considerable. Y como sabemos la gran empresa no otorga empleo masivo, este es el caso de la minería, encima el Estado trata condescendientemente a la hora de exigirle los impuestos, contrario a los que trata a las microempresas.
Así demostramos, que el capitalismo salvaje que algunos lo maquillan para que tenga rostro humano aún no tiene efectos en la población mayoritaria, y no es por la política económica en sí, sino porque el gobierno no estableció iguales reglas de juego para la totalidad de empresas, y obviamente el crecimiento es desproporcional.
Si queremos que eso funcione, hagamos que el sector rural de la sierra peruana sea incluido en la política económica de este gobierno, exijámosles y planteamos propuestas para un desarrollo rural, en turismo, en artesanía, en agroindustria. De lo contrario, el descontento se agudizará, el fantasma de la huelga será cada vez más creciente, y lo peor sin norte y sin resultado alguno.
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