Hace un par de meses vimos con cierta ironía a un alto oficial de la Policía Nacional del Perú, comprar unos CDs de música; el asunto no era que compraba en el mercado popular –que por cierto llama la atención- sino que compraba unos discos compactos producidos en el mercado negro, en el informal, para ser más específicos en el de contrabando, sí precisamente aquella fecha el alto oficial también contribuyó a la cultura pirata, quien sabe si más adelante también haya acudido al mismo mercado.
En Puno y Juliaca, es casi inevitable acudir al mercado y no comprar productos ilegales, es como ir a la festividad Virgen de la Candelaria y no verse tentados a danzar unas de las tan contagiosas comparsas, en fin se trata de la fiesta, se trata del mercado con bajísimos costos frente al mercado formal; en este contexto es casi imposible, por el precio, ser responsable y cumplir con las obligaciones que tenemos con el Estado, de comprar y exigir el comprobante de pago.
Así acudimos cada cierto tiempo a los mercado de Juliaca y Puno, para confabular contra el Estado, es decir contra uno mismo, (pero como está en plural no nos afecta directamente), acudimos para alimentar la informalidad y la ilegalidad. Allí entre vendedores y compradores, maestros y alumnos, educados y no educados, formales e informales conspiramos contra la mercadería legal, nos ponemos de acuerdo para sacarle la vuelta al Estado, lo curioso es que no solamente evadimos los impuestos a la comercialización sino a la producción material y intelectual.
El fenómeno de copiar ilegalmente discos, películas y libros es una vieja constante en el Perú, que se hace imparable; la piratería viene perfectamente camuflada en la pregunta, ¿Quiere usted de “primera” o “segunda”?, que es lo mismo que decir, si queremos el original o bamba. Lo peor es que se expande más motivado por el propio el Estado, los altos impuestos exigidos por el Perú son una causal de la piratería en esta parte del país, así se comprende que desterrar la “cultura pirata”, no sólo es tarea de la población sino del propio Estado, es decir una tarea conjunta.
11 de agosto de 2007
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