“Debemos impedirla y boicotearla con piquetes masivos”, es la consigna del magisterio puneño en fiel cumplimiento al comunicado de Comité Nacional de Reconstrucción y Reorientación del Sutep, liderado por Robert Huaynalaya e identificado como facción radical de Sutep.
Los clasistas que pretenden boicotear por segunda vez la denominada Evaluación Censal, desde hace días planean formas y maneras de enfrentar al Estado en los locales donde se realizarán las evaluaciones.
Si los líderes están convencidos del boicot, los cerca de 20 mil maestros en Puno están confundidos y desinformados. El “vox populi”-la voz del pueblo- que generalmente no se pone de acuerdo con el Estado, en este caso específico esta con él y demanda la evaluación del magisterio.
Pero los maestros también son pueblo, son padres de familia y por ende soportan los efectos de una educación muy venida a menos, si no cómo nos explicamos que connotados profesores de la escuela publica prefieren ubicar a sus hijos en escuelas privadas. Entonces el maestro puneño afronta un doble sentimiento.
Tiene la presión de evaluarse porque así se lo demandan los alumnos, los padres de familia y la misma sociedad, pero también tiene el sentimiento contestatario y ponerle un pare al gobierno por tomarlos como chivos expiatorios, como el centro de todo el mal, cuando en realidad los maestros son el producto de las erradas políticas educativas que ha implementado el Estado a través de sus gobiernos, que en su mayoría no tuvieron una visión definida.
Es necesario remarcar, entonces que, el maestro más allá del sentimiento contestatario y la demanda de los otros actores del sistema educativo, desconfía del gobierno y teme ser despedido. Por estas razones, los maestros en su mayoría se encuentran en el dilema, ser o no ser.
Pero por el bien de la educación peruana el maestro debe someterse a la evaluación y el gobierno debe alcanzar a la sociedad en su conjunto, los pasos siguientes para mejorar el sistema educativo y no enfrascarse en el inicio. Definitivamente las buenas intenciones y una evaluación no solucionarán el problema.
8 de enero de 2007
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