No sabemos con exactitud cuantos puneños bailan en la Festividad Virgen de la Candelaria, ni el movimiento económico que ocasiona la fiesta patronal, pero si podemos asomarnos a las motivaciones de los danzarines y respondernos, porqué ese moreno, esa china diabla y los que bailan la saya se mueven incasablemente en febrero.
La encuesta de opinión de Multidato, nos aproxima a las motivaciones y pasiones del segundo mes de cada año.
Se sabe que un considerable 37.5% de puneños bailan por devoción; mientras que un 55%. de los ciudadanos bailan por tradición, diversión y costumbre. El mensaje es contundente, es más la diversión que la fe.
Así queda explicado el enorme crecimiento de las empresas de bebidas. En los últimos años las envasadoras de gaseosas y sobre todo las cerveceras han orientado su nicho de mercado hacia el altiplano. Los consumidores de la cerveza cusqueña y la arequipeña otorgan mayores márgenes de ganancia a la monopolizante Bakcus.
Posiblemente los alferados o presidentes de los más de 100 conjuntos sean los que más fe guarden en la mamita Virgen de la Candelaria, de lo contrario sería inexplicable las ingentes cantidades de dinero que juntan todo el año para destinarlo en febrero. Patrocinan gastos de atención de numerosos comensales y de sedientos integrantes, claro que también cuenta la “apjata”. Para los anfitriones, la virgen devuelve con creces todo lo invertido en la fiesta.
A menos de 10 días de la fiesta folklórica más grande del Perú, se oye cada vez más intenso el sonido los bombos, platillos y trompetas en el marco de los acostumbrados ensayos, miles de jóvenes suman lo necesario para ser protagonistas de la fiesta, mientras que la gran mayoría se prepara para ser parte de fiesta desde las tribunas.
Pero la fiesta no es sólo de los puneños, los migrantes y sus amigos esparcidos en diversos lugares del Perú, son los que más disfrutan, en ellos la fe en la Virgen de la Candelaria es secundario, lo que cuenta es la diversión. Según cifras del dirección regional del MINCETUR, en febrero no se registra el incremento de los turistas extranjeros lo que abundan son los visitantes nacionales.
Así es la fiesta en la capital del folklore peruano. Una extensa mayoría le pide bendiciones a la Virgen, pero pocos le corresponden en el año. La fe es de pocos y la diversión de todos.
23 de enero de 2007
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