7 de febrero de 2008

Pásame el bisturí o mejor la botella de ron

El señor Hernán Garrido Lecca, ministro de Salud del régimen aprista, dijo lo que es cotidiano y sumisamente aceptado, por nosotros, los usuarios de los establecimientos de salud de la región Puno; puso en vitrina la basura e inmundicia reinante en los hospitales, pero más allá de las impurezas explicitas, lo que en realidad hizo el ministro, es refregar con esa suciedad el ego de los médicos y trabajadores estatales que lucran con el dolor de la mayoría. La autoridad le puso el pare, al menos por el lapso de su estadía, a los administradores de aquellos establecimientos podridos; esta actitud es positiva y bienvenida.

Si el alto nivel de contaminación era cotidiano y nuestra escasa capacidad de indignación había convalidado la porquería en los hospitales, algo nuevo es encontrar en los establecimientos de Azángaro, Asillo y Ayavari, botellas de cervezas y ron, colocados junto a los instrumentos quirúrgicos y demás utensilios, el mismo que motivó al ministro sugerir los procesos administrativos más drásticos para los irresponsables servidores de salud.

Si el ministro Garrido Lecca, no encontró botellas de licor en el hospital de Puno, o es por una medida atinada de parte de algunos médicos que escondieron la prueba o simplemente se cuidaron ante la llega del ministro, porque en realidad, los galenos beben y no nos debe interesar que lo hagan fuera del horario de trabajo, lo grave es que en repetidas ocasiones liban en horas laborales y atienden a sus pacientes en estado de ebriedad. Allí una de las explicaciones de las negligencias médicas.

Y el hospital de Juliaca, no es menos contaminado que el de Puno, en realidad es exactamente igual. Un conocido médico de trayectoria casi intachable que dirige una clínica en el centro de la ciudad y también trabaja en el hospital público, nos comentaba que las infecciones post operatorias se presentan generalmente porque el hospital alberga, además de ociosos trabajadores, virus infectocontagiosos que son imposibles de exterminar por el alto nivel de contaminación. Por ello está justificado el cierre temporal del servicio de esterilizaciones del nosocomio de San Román.

Si bien es loable la supervisión y control que realiza el ministro de Garrido Lecca en su visita a Puno, más importante es que el alto ejecutivo, emprenda políticas de salud orientadas a la prevención, para ello es sustancial revalorar la medicina natural y utilizarla de manera complementaria; y desterrar la idea de que los medicamentos solucionan todo. También es importante lograr en el menor tiempo el sistema unificado de los servicio de salud, ahora comprendemos que –a pesar de los errores- los galenos de EsSalud son mejores administradores de la pobreza del sistema hospitalario peruano.

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