26 de abril de 2007

¿Cuándo el remedio es peor que la enfermedad?

Los falsos medicamentos son una realidad que negamos aceptar o simplemente la tapamos cegados por nuestra cultura de consumismo. Que duda cabe, éstos son el lado oscuro de la ciencia, son la suma de ambiciones sobredimensionadas que nos regala la sociedad neoliberal. A los fabricantes de fármacos más les importa mejorar sus ganancias y no los malestares de los quejosos pacientes tercermundistas.

Cifras estadísticas de la DIGEMIN informan que en el Perú se instalaron un total de 15,999 establecimientos farmacéuticos (2342 Farmacias, 9695 Boticas, 2135 droguerías, 394 laboratorios y 1433 importadores de medicamentos).

El mayor incremento se ha registrado en los últimos 6 años. Se sabe que en el año 2000 los peruanos hemos consumido 175 millones de dólares en medicinas, esta cifra es inferior a los consumido en 1980, sin embargo ahora consumidos más de 650 millones de dólares.

De aquí podemos deducir que el consumo de los medicamentos en el Perú creció en estricta proporción a las ganancias proyectadas de las farmacias extranjeras y sobre todo chilenas (Inka Farma, Fasa, BTL), y en clara desproporción a nuestras dolencias; o es que en los últimos 6 años nuestras enfermedades se agravaron.

Si es preocupante el elevado consumismo de medicamentos, más preocupante es el consumo de fármacos de dudosa procedencia. A nivel mundial el comercio ilegal de medicamentos alcanza el 10 por ciento, mientras que el Perú esta cifra asciende al 25 por ciento.

La realidad de Puno es peor aún. La máxima autoridad en asuntos de salud, ha confirmado que casi la mitad de los medicamentos que se expenden en farmacias y boticas son de dudosa procedencia. Para ser precisos, un 45 por ciento de los fármacos que se venden, no son confiables, son ilegales, son de contrabando, es decir, no está comprobado su efectividad pero igual se venden en farmacias y boticas, que en estos días abundan como si se tratara de cabinas de Internet.

Visto de esta manera, de que sirve cumplir de manera estricta las indicaciones del médico, si los medicamentos no son confiables.

Una cosa debe quedar en claro, en los últimos 6 años, hemos engrosado los capitales de la grandes cadenas de farmacias y sobre todo chilenas, encima los medicamentos que nos vendieron son ilegales. Algo más grave, en estos últimos años también hemos dejado atrás la medicina alternativa, esa que hemos heredado de nuestros antepasados, la hemos reemplazado en muchos casos por medicamentos bamba.

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