1 de marzo de 2007

Lo inhumano de la defensora del Pueblo

La defensora del Pueblo, Beatriz Merino, ha rechazado contundentemente la reapertura del penal de Challapalca, el mismo que fue clausurado en el año 2004. La defensora del Pueblo al igual que las organizaciones de derechos humanos, cree que trasladar a los presos al recinto penitenciario es darle un trato inhumano y degradante.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos CIDH en su informe del 1999, concluyo que el "penal es considerado como una prisión de castigo, debido a señalamientos de que no se reúne las condiciones mínimas para la supervivencia humana. Tal establecimiento se encuentra ubicado en una zona inhóspita, a 4 600 metros sobre el nivel del mar, con temperaturas inferiores a cero grados centígrados", razón por la cual debe ser inhabilitado el penal de Challapalca en forma definitiva.

¿Inhumano? Es decir, todos los hombres y mujeres que vivimos en altiplano sobre los 4 mil metros sobre el nivel del mar, ¿vivimos en condiciones inhumanas?

El Penal de Challapalca, esta ubicado en la base del cuartel Fuerte Inclan de Tacna en la frontera con Puno, en aquel lugar cientos de compatriotas hacen un alto en su plan de vida para servir a la patria. Al decir inhumano, ¿que sugiere la defensoría del Pueblo?, trasladar a la costa a los soldados y conciudadanos que viven en esta zona.

Más 20 mil peruanos viven a 5 400 metros sobre el nivel del mar, motivados por el oro y sobre todo por tener un espacio laboral, luchan todos los días por sobrevivir en el Centro Poblado La Rinconada; entonces como a la señora Merino le parece inhumano?; hay que promover su traslado hacia la costa. ¿Por qué no lo hace?

Los pobladores de Puno, en su mayoría vivimos a una altura que se aproxima a los 4 mil metros sobre el nivel del mar, también debemos ser trasladados a otros lugares del Perú, porque “vivimos en condiciones extremas” y porque ni siquiera estamos acorde a los “estándares de recintos penitenciarios internacionales”. ¿Es así?

En fin, la abogada Beatriz Merino y las tantas organizaciones de derechos humanos, al sostener que el trasladar presos sería atentar contra los derechos humanos, implícitamente lo que están haciendo es despreciar la condición de los más de 1 millón 200 mil puneños. Tácitamente la defensora del Pueblo, nos dice que vivir en Puno es inhumano.

Señora Merino, en Puno los serramos vivimos bien, y somos orgullosos de haber aportado la papa a la cocina mundial; somos poseedores del Titicaca, lago sagrado de los Incas, y Taquile como los otros pueblos que viven a más de 4 mil metros, constituyen una muestra de vida comunitaria tan lejos de la altísima contaminación limeña o costeña, somos merecedores del título “Capital del Folklore Peruano”, y tenemos muchas cosas más para sentirnos orgullosos. Señora Merino, Puno y el Titicaca, son uno de los mejores lugares del Mundo.

Y algo más, si Benedicto Jiménez, plantea la reapertura de penal de Challapalca solo para que los delincuentes costeños se mueran de frío y tomen a Puno como un castigo, mejor que construya su cárcel en otro lugar. Respétennos.

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