6 de febrero de 2007

Los jorobados de la iglesia católica

El obispo de Juli, José María Ortega Trinidad, ha declarado a Caretas (25-01-07), que el alumno Edwin Ramírez Pichini, fue separado del seminario de Chuchito por tener una joroba. José María Ortega cree que un sacerdote que tiene una joroba sería motivo de burla, por lo que convenció al Rector del Seminario la salida del alumno, obstaculizando sus aspiraciones sacerdotales.

La actitud de la iglesia católica frente a Edwin Ramírez, es comparable a la célebre obra literaria “Nuestra Señora de París”. Edwin Ramírez es el Quasimodo de esta iglesia ultraconservadora; en la novela, Quasimodo es un jorobado, deforme, feo y marginado; y encuentra la paz a través del amor más puro de Esmeralda.

Más allá de las comparaciones literarias, en realidad el jorobado es el obispo de Juli y los otros administradores de la iglesia católica que en los últimos meses han sido objeto de diversas críticas de manera creciente.

Este mismo clérigo de Juli, que comulga con los lineamientos del Opus Dei, el mes de noviembre del año pasado durante su homilía en una misa de difuntos, señaló que del extinto padre Domingo Llanque no sabe si se encuentra en el purgatorio o en el cielo. Esta grave afirmación de José María Ortega Trinidad es un claro cuestionamiento al sacerdote y teólogo aymara por pertenecer a la iglesia del Sur Andino.

En otro momento, el padre Francisco Fritsch fue retirado de su prelatura por pedir para la región Puno el nombramiento de un obispo de habla quechua. Con ocasión de la toma de posesión del nuevo obispo de Ayaviri, Kay Schmalhausen, el padre Francisco Fritsch se atrevió a decir "que el pueblo cristiano quechua, luego de 500 años de evangelización, merecía tener un obispo quechua" y luego de unos días le recomendaron volver a su natal Francia.

Hace un buen tiempo, casi al inicio del mandato, el obispo Jorge Carrión Pavlich, comparó la entrada de K´apos con actos diabólicos y calificó a la Festividad Virgen de la Candelaria como una fiesta pagana

Estos hechos en espacios y tiempos diferentes, evidencian que la iglesia católica en Puno esta tan distanciada del pueblo, y lo único que genera es disminuir el número de creyentes. Vista de esta manera los únicos jorobados son los ministros de Dios, que conducen la iglesia católica en Puno.

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