Ayer se cumplió el referendo revocatorio en Bolivia y el presidente Evo Morales salió victorioso. No obstante a que los resultados oficiales se publicarán en los próximos 7 días, según encuestas a “boca de urna”, un 62% del electorado boliviano lo respalda, lo que significa que no solamente le ratifican en el cargo sino que amplían el apoyo electoral que le catapultó al poder. Recordemos que en diciembre 2005 fue elegido con la votación del 53.7% del electorado boliviano, y hoy, luego de dos años y medio de gobierno la votación se incrementó en más del 8%; en el Perú sucede exactamente lo contrario, Alan García en similar tiempo de gestión ha caído en más de 30%.
El triunfo de Evo Morales, asegura un nuevo escenario político en Bolivia, la correlación de fuerza cambia sustancialmente a favor del gobierno indígena. Está claro que los 4 gobernantes de la llamada Media Luna (Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando), continuarán con una férrea oposición; pero los otros 5 líderes (Cochabamba, La Paz, Potosí, Chuquisaca y Oruro), ayudarán al proyecto del presidente indígena, no obstante a que en Oruro el prefecto oficialista fue cambiado.
No estamos seguros de cuánto pueda cambiar Bolivia en los próximos dos años y medio de gobierno que le queda a Evo Morales, de lo que sí estamos seguros es que, al menos en el medio plazo, Puno sopesará con dificultades su magra economía. Si la crisis mundial logró impactar negativamente a los europeos, norteamericanos, sudamericanos y con mayor intensidad a nuestra economía; ahora se agudizará con la política del gobierno boliviano de protección del mercado interno.
Es evidente que en los próximos meses, productos como el gas, aceite, azúcar y otros continuarán en alza; que juntado a la especulación, que se vive más en el sur del Perú, el panorama es desolador.
Es necesario, que el Gobierno Regional –porque no podemos esperar nada del gobierno central- promueva políticas económicas de protección interna del mercado regional, no está difícil empezar este trabajo en bien de la economía puneña potenciando a aquellas empresas que facturan al mercado nacional e internacional y propiciando otras empresas que abastezcan el mercado regional.
El gobierno boliviano es un buen ejemplo para Hernán Fuentes; más allá de contradecir la política neoliberal imperante en el mundo, es necesario generar proyectos plausibles que permitan enfrentar la crisis mundial y mejorar el nivel de vida. Pero conforme van nuestros gobernantes, tal parece que Bolivia nos llevará la delantera.
11 de agosto de 2008
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