Realizando una necesaria evaluación sobre el paro nacional de 24 horas convocado por la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) y el paro agrario de 48 horas convocado por la Confederación Nacional Agraria y la Confederación de Campesinos del Perú (CCP), el balance es que más del 70% del pueblo peruano y más del 90 de los puneños se inclinó a favor de la paralización, claro está que no todos salieron a las calles esencialmente por el miedo al D.S. 007-2008-DE, que autoriza al gobierno la intervención de militares en cualquier protesta social. Las cifras se desprenden de la última encuesta de la Universidad Católica y de APOYO.
La paralización fue en rechazo al alza de precios de los alimentos y para exigir al gobierno un cambio de su política económica neoliberal, pero Alan García es soberbio en su posición, luego de cerrada la jornada sentenció que el paro “no ha tenido éxito”; es que para el gobierno y como para la mayoría de los sindicales la contundencia de un paro se mide por el número de muertos, y ayer no los hubo, apenas 21 policías heridos, saqueo e incendio del local del Gobierno Regional de Madre de Dios, 216 detenidos en todo el Perú. Y así, pregonan que prefieren la paz.
Como para empeorar el día, el gobierno en horas de la noche añadió más provocación. “La población no tenía y no tiene voluntad del paro”, probablemente la mayoría no tenía voluntad para salir a las calles, pero es innegable que más del 70% está hartó de su actitud confrontacional, autoritaria, impositiva, burlona y equivocada, al punto de utilizar para su publicidad al máximo embajador de la delincuencia peruana, Vladimiro Montesinos.
García en su discurso final prefirió hacerse la víctima, en un mensaje emitido por el mismo canal que Montesinos vilipendiando a los sutepistas, dijo “yo sé que este pueblo, estas amas de casa, están insatisfechas y lo siento y lo sé; y lamento que nos haya tocado, sufrir esta crisis mundial que esta derribando gobiernos en todo el mundo, destruyendo popularidades en todo el mundo”, añadiendo en tono melancólico “pero es así la regla de la vida”. Segundos después continúo “haremos todo lo necesario porque este año nuestra Agricultura produzca más”; pero está demostrado que él no hará nada que no vengan del orden internacional, no hará nada que no apruebe el gobierno norteamericano, no hará nada que no le convenga a los grupos económicos del Perú y no hará nada sin la venía de los empresarios chilenos.
Pero está actitud extrema de Alan García lo único que alienta es el extremismo, alimenta la ira del 50% de peruanos que viven en la pobreza, deja opción a los más radicales marxistas que en los ´80 al ´90 embistieron compartiendo roles con las fuerzas armadas; y esto es muy peligroso. García está dejando un trauma social que afecta sustancialmente en la población del sur, y el siguiente gobierno otra vez no será la mejor propuesta, sino el que encandíleme más, como aquellos que en la víspera del paro salieron a decir que después del 9 de julio se viene la unión de la nueva sociedad socialista en el Perú. Nada más lejano a la realidad.
10 de julio de 2008
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